El acoso sexual en el trabajo es un delito grave recogido en la ley que en los últimos años ha adquirido más notoriedad gracias a movimientos como el #Metoo (que dio voz a víctimas de acoso sexual que hasta entonces habían permanecido en el anonimato por miedo).
Las graves consecuencias del acoso sexual en el trabajo
Es importante conocer la ley y lo que dice acerca del acoso sexual para poder defendernos de acosadores y para frenar comportamientos abusivos que hasta ahora se habían escondido bajo el telón de las bromas o los piropos inadecuados.
Cualquier actitud sexual que de forma verbal o física atente contra nuestra dignidad o nos haga sentirnos degradados o ridiculizados de alguna forma puede ser acoso sexual.
Las consecuencias del acoso sexual en el trabajo pueden ser psicológicas o físicas.
En el plano psicológico, podemos empezar a no querer acudir a nuestro puesto de trabajo. A veces, las víctimas tienden a disculpar a sus acosadores minimizando la gravedad de la situación. La víctima puede sentirse culpable y avergonzarse pensando que ella puede haber provocado la situación. Podemos sentir miedo, empezar a desarrollar una baja autoestima y experimentar síntomas de rabia y tristeza. Si la situación se alarga durante algún tiempo puede derivar en una depresión.
El acoso sexual también tiene síntomas físicos. El estado de estrés prolongado debilita el sistema inmunitario. Podemos experimentar síntomas de ansiedad. También puede que tengamos problemas en el aparato digestivo tales como dolor o pérdida de las ganas de comer. El estado de nervios puede darnos problemas para descansar adecuadamente y alterarnos el sueño produciendo insomnio. La tensión que provoca acudir a un puesto de trabajo donde estamos sufriendo acoso puede provocar estados de tensión muscular que pueden derivar en contracturas y dolor intenso de los músculos de las cervicales y la espalda.
Pautas para identificar el acoso sexual en el trabajo
1. A nivel físico:
– Invasión del espacio corporal con connotación sexual.
– Acariciar, rozar o tocar sin consentimiento.
– El acosador puede tocarse o acariciarse delante de nosotros sin que queramos verlo, eso también es acoso sexual.
– Cualquier acercamiento o tocamiento sin consentimiento de la víctima.
2. A nivel verbal:
– Llamar a alguien calificativos degradantes y sexistas como: “nena” o “cariño”.
– Hacer bromas sexuales.
– Burlarse de la orientación sexual.
– Hacer alusión a la vida sexual de la víctima de forma pública para ponerla en ridículo.
3. A nivel de conductas:
– Amenazas: “si no me tocas te despido”.
– Recibir mensajes sexuales sin consentimiento por e-mail, Whatsapp, teléfono, etc.
– Seguir a alguien.
– Repasar a alguien con la mirada de forma intimidatoria.
El acoso sexual en el trabajo se puede manifestar de diversas formas y es importante aprender a detectar las formas de acoso para poder defendernos o denunciar a tiempo.