Las parafilias sexuales, entre las que se encuentra el frotismo, pueden precisar un tratamiento psicológico adecuado. A más de una persona le ha pasado que, al ir en el metro o en el autobús, ha notado cómo alguien le roza con sus genitales. Otras veces, al caminar entre la multitud, quizá hayamos podido notar que nos han tocado el culo. Aunque parezcan situaciones normales, en realidad estamos hablando de un delito.

En la mayoría de las ocasiones, quienes manifiestan estos comportamientos no tienen problemas de salud mental, solo son frotistas. Por ello, hoy abordaremos qué es el frotismo y cómo tratarlo.

Qué es el frotismo

Esta actividad es una parafilia en la que se alcanza el placer sexual o la excitación al tocar a otra persona sin su previo consentimiento. Dicho contacto puede producirse a través de las manos o de los genitales. Podemos encuadrar este trastorno en el mismo cuadro que el voyerismo o el exhibicionismo.

Las causas de esta parafilia no son conocidas en profundidad, pero existen diferentes teorías que pueden explicar su origen. Por lo general, las personas que la padecen suelen tener pocas habilidades comunicativas y sensaciones de inferioridad. Es habitual que los denominados frotteuristas disfruten, como los exhibicionistas, de las reacciones de sus víctimas.

Cómo abordarlo a nivel psicológico

En cuanto a los tratamientos, hay que decir que del mismo modo que sucede con otras parafilias, esta puede tratarse de diferentes formas. Para ello ha de tenerse en cuenta que, excepto en los casos en los que se tiene un sentimiento de malestar o culpabilidad, quien padece este trastorno no acude a tratamiento por voluntad propia. Esto quiere decir que se mostrará reticente. Por lo tanto, entre las primeras acciones hay que mostrarle la importancia que supone su participación y las ventajas que tiene para él.

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Uno de los primeros pasos será analizar las fantasías del sujeto para establecer el origen de su conducta. Así averiguaremos si para él tiene un significado concreto o qué es lo que le lleva a esta práctica. Conocer esto nos permitirá trabajar para modificar sus creencias y conseguir una reestructuración cognitiva. Al mismo tiempo, quien padece la parafilia expresará los conflictos que le hayan impulsado a realizar estos actos.

Asimismo, una de las técnicas empleadas es la modificación de la secuencia parafílica. En ella se introducen alteraciones en la secuencia de actos que se realizan para llevar a cabo dichos tocamientos. De este modo, lo que se consigue es que el resultado final sea incompatible con el disfrute al llevar a cabo dichos contactos.

El frotismo es una parafilia que, al contrario que otras, no es inocua. Quien lo padece tiene el impulso de tocar a alguien o frotarse con él sin que exprese su voluntad de hacerlo. Por lo tanto, se trata de un trastorno que debe tratarse.