“No sé que hacer con mi vida…” es una de las frases que pronunciamos cuando somos incapaces de encontrar nuestro lugar en el mundo. Al igual que Alicia en el país de las maravillas, vivir una crisis de identidad puede abocarnos a experimentar emociones de duda, estrés y mucha confusión.
Para dar respuesta a este enigma tan planteado a partir de inicios de la edad adulta, es necesario prestar atención a las propias necesidades emocionales y profesionales.
¡Adelante!
Buscando tu misión de vida
Se dice que todos los seres humanos somos seres de luz con una misión especial que cumplir. Así, es imperativo descubrir cuál es esa función tan importante que nos aguarda para poder realizarnos a diferentes niveles.
Si tenemos la intención de resolver la incógnita de “No sé que hacer con mi vida”, es imprescindible detenerse a hablar con uno mismo para descubrir los intereses y metas personales. A menudo, cuando no nos damos la oportunidad de realizar un proceso de introspección, es común perdernos entre nuestros miedos y limitaciones.
Accediendo a información valiosa acerca de nuestras virtudes y defectos es posible encontrar aquello que puede tener un efecto transformador en nuestra vida. Además de eso, analizando aquellos aspectos que nos motivan y nos empujan a seguir adelante, seremos capaces de hallar nuestra vocación profesional/personal.
Cómo enfocarte en tus metas a largo plazo
La frase de “No sé que hacer con mi vida…” deja de tener sentido el día que comienzas a responsabilizarte de ti mismo. Ese es el momento en que llevas a cabo un proceso de despertar emocional que te permite entender cuál es tu acometido vital.
Para realizar este proceso tan interesante y profundamente liberador, puedes ayudarte de los siguientes consejos:
- Dedica tiempo a conocerte. Pasar tiempo contigo mismo te servirá para entender qué te hace feliz y en qué deseas invertir tu preciado tiempo. Conviene escribir sobre tus pensamientos y emociones de forma automática si te hallas en un momento de bloqueo emocional.
- Sé consciente de tus emociones y sentimientos. Aquellas personas que no están conectadas con sus emociones, probablemente están en la relación sentimental equivocada o en el trabajo erróneo. Este hecho genera sentimientos de frustración que suelen pasar desapercibidos.
- Conecta con tus principales fortalezas. En los momentos de transición en los que solo pasa por tu cabeza el pensamiento de “No sé que hacer con mi vida”, aférrate a tus virtudes. Reconociendo tus áreas fuertes, tendrás el impulso suficiente para enfrentarte a cualquier desafío.
- Plantéate retos realistas a corto plazo. Para conseguir tus logros a largo plazo, es necesario ir paso a paso. De esta manera, irás desarrollando tu motivación y tu autoconfianza. No esperes lograr un cambio vital de un día para otro pero puedes ir plantando las semillas de tus triunfos futuros.
Un momento de crecimiento
Es extremadamente interesante cuestionarse: “No sé que hacer con mi vida”. Pues al sentirte perdido, ya solo puedes reencontrarte con tu verdadero yo.
¡Encauza tu camino y deja de ser un barco sin rumbo!