La psicología es una disciplina amplia que abarca un gran abanico de ramas. Pues bien, la psicología de la personalidad es una de ellas y se encarga de analizar la personalidad a fin de comprender el comportamiento humano global.
Este complejo fenómeno se explica a partir de múltiples variantes como la genética, la educación o las experiencias vitales. Sin embargo, es posible estudiar la naturaleza de los rasgos que forman nuestra forma de ser y de estar en el mundo.
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Desarrollo y algunas teorías de la psicología de la personalidad
Una de las grandes contribuciones a la psicología de la personalidad fue realizada en el siglo XX por Gordon Allport, quien desarrolló principalmente el concepto de rasgos personales. Los mismos se explicarían a través de tres factores: las experiencias en edad temprana, el ambiente de exposición de la persona y la correlación entre ambos.
Según el psicólogo estadounidense, la personalidad se forma en base a tres elementos o rasgos que definen la forma de ser de un individuo.
¡Veamos cuáles son!
–Rasgos cardinales: Estos hacen referencia a la parte emocional del ser humano que rige su comportamiento. O sea que la propia concepción de la persona determina, en parte, su manera de actuar y de relacionarse.
Tienen que ver con la visión que uno tiene de sí mismo y de cómo eso afecta al modo de concebir la vida y a los demás.
–Rasgos centrales: Se trata de las cualidades neutrales que básicamente forman la personalidad de alguien. Allport defendía que cada persona contaba con entre diez y quince rasgos centrales que le definían en gran medida. Algunos ejemplos de estos rasgos pueden ser la honradez, la capacidad intelectual o la introversión.
–Rasgos secundarios: Se refieren a aquellos que se asocian a determinadas actitudes o a ciertas preferencias en algunos casos. Este tipo de rasgos no son muy identificativos ya que algunos de ellos solo surgen en determinadas circunstancias, lo que significa que han de ser estimulados. Por ejemplo, una persona que no es impulsiva podría serlo si existen desencadenantes concretos.
Las aportaciones de Sigmund Freud
Otro teórico de la personalidad que hizo notables aportaciones a la psicología de la personalidad en época moderna fue Sigmund Freud.
Bautizado como el padre del psicoanálisis, el amplió los horizontes de esta disciplina. Para él, la base del comportamiento humano tiene su raíz en los impulsos o instintos del inconsciente.
Se trata de pensamientos no conscientes que salen al exterior en forma de sueños, bromas, lapsus mentales, o juegos de palabras. Estos determinan en buena parte la identidad del individuo en cuestión. Por esa razón, Freud se empeñaba por darle tanta importancia a estos fenómenos y de analizarlos al detalle para explicar la conducta humana.
En la actualidad, el enfoque clínico para estudiar la personalidad pasa por entender como el paciente se percibe a sí mismo en su ambiente. Y en particular sus anhelos, sus conflictos internos, su vida privada y su comportamiento social.