El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico muy común que hace referencia a la incapacidad que sienten algunos individuos de reconocer sus propios talentos y habilidades. Así, quienes padecen las consecuencias de este síndrome esperan a ser descubiertos como fraudes en cualquier momento.
Como resultado, suelen asociar sus logros laborales o académicos con golpes de suerte pero nunca admiten que los mismos podrían ser producto de su competencia, inteligencia o trabajo duro.
¡Veamos los conceptos asociados!
Rasgos de personalidad
Las personas que padecen los efectos de este complejo psicológico son, en realidad, aquellas que han comprobado la veracidad de sus capacidades. No obstante, estos son reticentes a aceptarse a sí mismos o de percibirse como seres con potencial. La imagen distorsionada con la que se identifican no se lo permite.
En general, se trata de individuos extremadamente perfeccionistas que sabotean sus posibilidades de conseguir el éxito en diferentes ámbitos. Y si finalmente logran probar su valía, se percibirán como verdaderos impostores. Esto es así ya que les resulta imposible relacionarse sanamente con la sensación de logro que tanto dista de su realidad.
Por tanto, hablamos de personas con una baja autoestima y con un poderoso complejo de inferioridad. En algunas ocasiones, esto se debe a haber tenido algunas experiencias previas de fracaso, especialmente en la infancia y en la adolescencia. A consecuencia de ello, han configurado un autoconcepto erróneo que marca negativamente la forma en que se relacionan consigo mismos y con su entorno.
En otros casos, algunos individuos se sienten así a causa del rechazo o la negligencia emocional por parte de sus progenitores.
Miedos asociados
Como es de esperar, el síndrome del impostor se encuentra estrechamente ligado al miedo al fracaso. Quienes lo sufren temen la desaprobación ajena, así que necesitan el reconocimiento ajeno para saciar ese vacío emocional. No obstante, este hecho solo les aporta un alivio momentáneo, pues lo que realmente anhelan es contar con su propia valoración positiva para aceptar sus mejores cualidades.
Lo cierto es que durante gran parte del tiempo experimentan un sentimiento de inadecuación que les impide desarrollarse enteramente. El miedo y las inseguridades les paralizan, por lo que es común tener dudas continuas o una gran dificultad para tomar decisiones en momentos clave. Además, suelen compararse con otras personas exitosas.
Por otro lado, el miedo al éxito es otro de los sentimientos vinculados al síndrome del impostor. En este caso, el triunfo es concebido como una realidad inalcanzable ya que choca con el concepto mental que tienen de sí mismos. En consecuencia, el autosabotaje es una potente estrategia que suelen utilizar inconscientemente para seguir confirmando sus creencias limitantes.
¿Sabías qué…?
- Muchas personalidades famosas como Kate Winslet o Emma Watson han confesado ser víctimas del síndrome del impostor.
- La autoconfianza y el amor propio son los factores claves a trabajar en terapia para superar los efectos de esta condición psicológica.
- Dejar de procrastinar y realizar una lista con tus fortalezas son otros ejercicios que pueden ayudarte en este empeño.
¡Atrévete a ser tú!