Aunque quizás no sea tan visible, el maltrato psicológico es tan importante como el físico. Muchas personas sufren este tipo de violencia por parte de sus parejas, familia o incluso compañeros de trabajo. Tiene grandes consecuencias para la víctima y, como hemos mencionado, es mucho más sutil y puede pasar inadvertido. Incluso puede ser difícil de detectar por la persona que recibe las humillaciones o la indiferencia

Las consecuencias negativas del maltrato psicológico

Llamamos maltrato psicológico a cualquier tipo de comportamiento por parte de una persona que provoca daños emocionales en otra y afecta a su equilibrio. Estas situaciones pueden darse en una pareja, en miembros de una familia o incluso en el trabajo. Normalmente, el objetivo del agresor es intimidar a la víctima, desvalorizarla o generar en ella sentimientos de culpa. Esto produce unas relaciones asimétricas, siendo el maltratador el que se sitúa por encima de la víctima, dominándola.

Para ello, el agresor recurre a insultos, gritos, humillaciones o a la violencia verbal. Sin embargo, no son sus únicas herramientas, sino que puede utilizar el sarcasmo o la ironía, además de la indiferencia, para lograr su objetivo. Estas acciones tienen secuelas en la víctima y provocan malestar y heridas emocionales, como una baja autoestima, autoaislamiento, ansiedad, adicción, dependencia emocional o inseguridad. Estas heridas pueden generar a largo plazo problemas psicológicos

La importancia de la prevención

Prevenir el maltrato psicológico es fundamental y, para lograrlo, es necesario informar a la sociedad sobre qué es este tipo de violencia y cuáles son sus secuelas, de esta forma, las personas puedan detectarla para acabar con ella. La formación es una herramienta básica para prevenir el maltrato y, por otro lado, es fundamental desarrollar desde pequeños un estilo de comunicación asertivo, respetando los derechos de los demás. 

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Pautas para detectar el maltrato psicológico

En el acoso psicológico se usa la comunicación para utilizar al otro. La persona que maltrata no utiliza un lenguaje directo y claro, no responde a preguntas, rechaza el diálogo y niega la existencia de conflicto o de sus propias palabras. Tiene conductas agresivas sin necesidad de utilizar un lenguaje alterado. Impide a la víctima llevar a cabo actividades o ir a ciertos lugares, controlándola.

También intenta aislar a la otra persona y alejarla del resto de la gente para que se quede sola. Asimismo, puede dejar de dirigirle la palabra e incluso ridiculizarla u ofenderla ante otros. Es bastante usual que quien sufre de acoso no lo reconozca inmediatamente, sino que suele culpabilizarse por la forma de actuar de su agresor e intenta buscar una explicación.

En definitiva, el maltrato psicológico es igual de importante que el físico. Por eso debemos saber cómo prevenirlo y detectarlo de forma inmediata, para que no provoque heridas emocionales o problemas psicológicos a quienes lo padecen. 

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