La llegada de un hermano supone un cambio en la estructura de una familia. Todos los miembros de la casa se ven afectados por los cambios, pero si para alguien supone un mayor impacto es para los hermanos y hermanas.

Si el niño o niña vivía solo en casa con los padres, deberá pasar un proceso, una gestión emocional por parte del pequeño o pequeña. Por eso, es tan importante la comprensión y el apoyo de los adultos hacia el nuevo hermano o hermana mayor.

Celos del hermano mayor

De repente, un día le dan la noticia de que va a ser hermano mayor. Pero generalmente, y más si cabe en niños y niñas de pocos años, no sabrá lo que significa hasta que la situación no sea real.

La interpretación de la vivencia de estos nuevos hermanos mayores puede no corresponderse con la realidad, pero esto no quiere decir que no sea real para el niño. Es decir, el hermano puede sentir que está desplazado, que ya no lo quieren como antes, que no ocupa el mismo lugar, que es menos importante, etc., y esto generará una huella importante si no se gestiona de forma correcta.

¿Cómo afrontar la llegada del hermanito?

Acondicionar la casa para la llegada de un hermano puede ser mucho más fácil que preparar al futuro hermano o hermana mayor.

En primer lugar, hay que hablarle con un lenguaje claro, directo y adecuado a la edad del niño, sin tapujos, de la realidad. Lo que significa tener un bebé en casa y validar los sentimientos que este pueda sentir serán dos pilares para la adaptación a la nueva realidad.

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Los celos son normales como consecuencia de un cambio que se ha producido de forma brusca en casa.

Ofrecer apoyo y comprensión al hermano mayor ayudará a mantener intacta su autoestima y comprender progresivamente que el amor no se acaba, sino que se multiplica.

¿Cómo hacerlo?

– Gestionando los momentos conflictivos con paciencia, cariño y respeto.

Comunicándote con tu pequeño sobre los miedos y angustias que han aparecido en él.

– Haciéndole partícipe en la nueva rutina.

– Ofrecerle un tiempo en privado, sin el bebé, para que vuelva a recuperar la confianza de él mismo.

Si el hermano mayor tiene regresiones en el control de esfínteres o pide ayuda a la hora de realizar tareas que antes hacía solo, debemos comprender que es su forma de asegurarse de que aún también estamos para ayudarle a él. Es un mecanismo natural. No ridiculizarlo, acompañarlo y establecer mucho diálogo y contacto con él le ayudará a estabilizarse y a recuperar sus rutinas.

En definitiva, todos los cambios requieren un tiempo de adaptación y la llegada de un nuevo hermano, por supuesto, también requiere tiempo, comprensión y cariño.