La ley de la atracción hace referencia a la creencia de que es posible atraer cosas positivas a nuestra vida siempre y cuando dirijamos nuestros pensamientos hacia esas metas. Dicha ley se basa de algún modo en la idea de que el Universo está compuesto por diferentes vibraciones o energías que son atraídas por aquellas que se encuentran en la misma frecuencia.

Así, de acuerdo a este principio metafísico, la consecución de nuestros objetivos está íntimamente ligada a la calidad de los propios pensamientos.

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Este principio no es una ley mágica

La ley de la atracción no es una regla que funcione en todos los casos. Más bien se trata de un fundamento que puede ayudarte a tener la actitud correcta en la vida mediante un ejercicio de visualización del éxito, pero nada más.

Por ejemplo, si te enfocas en que siempre te suceden desgracias, es cierto que acabarás calificando cualquier acontecimiento neutro como desastroso. En otras palabras, si tiendes al pensamiento negativo, entonces imaginarás que algo malo va a suceder. Cuando dichos sucesos se manifiesten en tu vida, confirmarás el origen de tus ideas inconscientes.

Por otro lado, si sueles confiar en que la vida te deparará momentos de felicidad y tienes plena confianza en alcanzar tus propósitos vitales, seguramente lo lograrás. En este sentido, la ley de la atracción podría confirmar la importancia de tu actitud positiva.

Así, cuando nos encontramos bien anímicamente y estamos receptivos a la vida y a otras personas, experimentamos vivencias agradables que podemos llegar a etiquetar de mágicas. No obstante, es necesario entender que la ley de la atracción no es la que se esconde detrás de estas extraordinarias experiencias.

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¿Por qué es tan popular la ley de la atracción entonces?

La información suministrada por algunos libros en la materia como “El Secreto” elevaron la ley de la atracción a una posición de suma relevancia hace algunos años. Sin embargo, entendiendo que es posible atraer a tu vida cualquier cosa que se precie tan solo deseándola no es meramente una falacia sino que se convierte en una afirmación muy peligrosa.

Y es que confiando únicamente en la ley de la atracción, no emprendes acción directa en tu vida al carecer de un plan de acción específico. De ese modo, depositando tus metas en manos del universo, eliges no tomar las riendas de tu vida ni hacerte responsable de tus fracasos. Pues si no accedes a determinados triunfos, creerás que no estás enviando las señales correctas al Universo para que escuche tus plegarias.

Muy al contrario, el trabajo duro, la disciplina y automotivación son las herramientas que necesitas para hacer de tus sueños una realidad vigente. Si además adoptas el pensamiento positivo en tu día a día, serás capaz de tener el éxito que tanto anhelas. De esa manera, la ley de la atracción podría ser usada como complemento a una estrategia concreta pero nunca como único recurso.

Básicamente esta ley hace referencia a una idea romántica muy extendida que no debería aplicarse de manera universal.

¡Desarrolla el pensamiento crítico!