Tristeza y depresión son dos términos que, más a menudo de lo que pensamos, tienden a confundirse. Aunque tienen algunas similitudes, sus causas son diferentes y se expresan también de formas distintas.
Tristeza, una emoción con consecuencias
La tristeza es una emoción que, por sí sola, no tiene por qué ser negativa. Es decir, las personas sanas experimentan tristeza de vez en cuando, al igual que sucede con la felicidad, el miedo o la rabia. Son sentimientos normales que todos experimentamos muchas veces en la vida como respuesta a distintas situaciones.
El problema llega cuando no dominamos esa emoción y pasa a convertirse en un hábito del que no sabemos salir. Es entonces cuando podemos estar hablando de depresión, el cual ya es un trastorno de salud mental. De hecho, se encuentra entre los que tienen un mayor crecimiento en la sociedad.
Diferencias entre tristeza y depresión
Existen algunas diferencias importantes que nos permiten distinguir la tristeza de la depresión. En este artículo queremos dar algunas pinceladas de las más importantes. Teniendo estos conceptos claros, podremos distinguir casi de forma inmediata si estamos tristes o si sufrimos de depresión.
1. La tristeza es un estado mental habitual, la depresión perdura más tiempo
Ante situaciones complicadas, algunas pérdidas o, incluso, cambios hormonales, podemos sentirnos tristes. Pero lo que caracteriza a esta emoción es que viene desencadenada por algo concreto y, cuando esto desaparezca, la tristeza también se irá.
La depresión, en cambio, dura mucho más tiempo y no tiene un detonante claro.
2. La depresión es un trastorno psicológico más grave
Un cuadro depresivo muestra tristeza, pero no solo eso, sino también otras emociones. Entre ellas destacan la angustia, la apatía, la desesperanza o la abulia.
La abulia, en concreto, es especialmente visible. Cuando aparece en las personas con depresión, estas se sienten incapaces de hacer nada, pues piensan que no merece la pena. Si arrastran este tipo de sentimientos durante semanas, podemos aseverar que nos encontramos frente a una depresión.
3. Las pruebas de neuroimagen muestran diferencias
Existen algunos cambios hormonales e, incluso, cerebrales que diferencian a las personas que padecen tristeza y depresión. Las segundas pueden sufrir descensos de los niveles de serotonina durante tiempos prolongados. Además, al realizar pruebas de neuroimagen, comprobaremos cómo hay también un menor nivel de activación cerebral.
4. La depresión necesita terapia
Los estados de tristeza son pasajeros y terminan revirtiéndose sin necesidad de un apoyo específico. En cambio, los estados depresivos necesitan de un tratamiento específico para desaparecer. Un buen diagnóstico, terapia psicológica e, incluso, fármacos en algunos casos, resultan fundamentales.
En definitiva, la tristeza y la depresión son estados muy distintos que no debemos confundir. Una vez que sabemos hacer esto, sobreponernos resulta mucho más sencillo.