La resiliencia es una habilidad muy importante. Implica una actitud positiva y optimista que nos ayuda a sobrellevar los problemas de la vida diaria. Y esta capacidad es especialmente útil para los deportistas, ya que les ayuda a lidiar con las situaciones de estrés relacionadas con la elevada competitividad y con su trabajo de cara a torneos y campeonatos.

¿Qué es la resiliencia?

Vivimos en un mundo muy cambiante, en el que debemos afrontar diferentes situaciones. El concepto que nos ocupa se define como la capacidad que tenemos de hacer frente a un hecho perturbador, un estado o situaciones adversas. Ser resiliente nos ayuda a superar los problemas que puedan surgirnos. Sentirnos satisfechos con nuestro trabajo y gestionar las situaciones negativas nos hará ser más felices en diferentes aspectos de la vida.

Principales beneficios

Cuando somos deportistas, nuestra vida profesional está repleta de fluctuaciones. Las victorias y derrotas pueden influir en nuestro bienestar psicológico, y además, tenemos que lidiar con situaciones de presión y estrés. Es aquí donde ser resilientes puede ayudarnos a permanecer conscientes de nuestras habilidades potenciales y a afrontar las experiencias negativas.

Las derrotas pueden hacernos vulnerables, por lo que el desarrollo de respuestas positivas a este tipo de situaciones de adversidad es muy importante. Nos ayudan a reforzar la capacidad de aguante que tenemos, y nos permiten un funcionamiento más saludable y adaptado al contexto de nuestra vida. Esta fortaleza mental nos permite resistir a flote cuando hemos sido derrotados o sufrimos una lesión, entre otras cosas.

Cómo trabajar la resiliencia en el deporte

Para fomentar esta habilidad debemos adoptar una actitud positiva y trabajar algunas estrategias de afrontamiento de problemas. Hay algunas que se centran en el conflicto, y se suelen utilizar en condiciones de estrés para alcanzar la resolución del conflicto. Por otro lado, podemos centrarnos en nuestras emociones y afrontar el problema poniendo el interés en nuestros propios sentimientos para así liberarlos y relajarnos.

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Cuando estemos atravesando una situación adversa, como una derrota en competición, deberíamos afrontarla siguiendo una estrategia:

En primer lugar, debemos controlar el problema y ser conscientes de él; de nada sirve evitarlo. Por otra parte, debemos procurar no dramatizar la situación, relajarnos y analizarla desde varias perspectivas. Debemos confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades, y a la vez admitir que tenemos límites. Si no consideramos ser capaces de mantenernos mentalmente en pie, podemos pedir ayuda a nuestro círculo cercano o a un profesional. El apoyo es fundamental. Asimismo, deberemos establecer unos objetivos claros y que podamos alcanzar para recuperar nuestro estado de ánimo.

En definitiva, la resiliencia es una habilidad que conviene trabajar si somos deportistas. Nos ayudará a gestionar mejor las situaciones de la vida y a no frustrarnos en caso de que no obtengamos el resultado esperado. Además, nos ayudará a lidiar con la presión y el estrés.