La hiperfagia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza por el consumo de grandes cantidades de comida sin que exista una necesidad fisiológica para ello. Las personas que padecen esta alteración ingieren alimentos en exceso, en muchos casos, a causa de fuertes estados ansiosos como modo de calmar sus nervios.
Conoce cuáles son los síntomas característicos de este mal y cómo tratarlos para reducir sus efectos negativos sobre la salud del organismo. ¡No te lo pierdas!
Síntomas y efectos principales
El término “hipefagia” proviene del griego y significa literalmente comer en abundancia. Por lo tanto, ese sería el síntoma más significativo a tener en cuenta pero no es el único.
A continuación, te explicamos las señales de alarma a las que debes prestar mucha atención:
- Las ganas patológicas de comer generan en el afectado un poderoso sentimiento de culpabilidad por no ser capaz de controlar sus impulsos. Aunque el protagonista de estos excesos intente detener la compulsividad de sus acciones, le es imposible detener la vorágine de descontrol en la que se encuentra sumido con frecuencia.
- El abuso continuado de alimentos hipercalóricos podría generar un sinfín de problemas de salud relacionados. Sufrir sobrepeso e incluso obesidad acarrea males adicionales, como la propensión a padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares.
- Uno de los síntomas más directos de la hiperfagia son las molestias digestivas. Lo cierto es que quienes suelen darse atracones de comida lo hacen cada pocas horas, por lo que el estómago es incapaz de digerir todas las sustancias apropiadamente y se bloquea.
Tratamiento
Los efectos negativos de la hiperfagia podrían suponer una verdadera odisea. Es por eso que esta condición requiere de un tratamiento efectivo que ayude al paciente a conocer la diferencia entre la necesidad fisiológica del hambre y el ansia por comer.
Es vital que los afectados logren salir del círculo vicioso que crean con relación a la comida para retomar el control de sus vidas. De este modo, no solamente se librarán de los síntomas físicos asociados sino que además volverán a gozar de salud mental.
Lo cierto es que este tipo de patrones de comportamiento insanos hacen gastar mucha energía y sufrimiento, por lo que conllevan emociones de impotencia, frustración y rabia contra uno mismo.
Así, reconocer las causas por las que se repite este hábito resulta de extrema importancia para acabar con el bucle para siempre. En este aspecto, un psicólogo especializado puede suministrar las claves que permitan acabar con el problema, una vez identificado el origen del mismo. Debes tener en mente que la depresión, la bulimia o la anorexia podrían ser las responsables de dicho trastorno.
En general, modificar la dieta y realizar ejercicios de respiración han demostrado ser muy beneficiosos como punto de partida. Igualmente, reconocer las emociones asociadas a esos atracones puede ser útil para prevenir futuros episodios porque ayuda a despertar un estado de alerta.
Aunque parezca imposible al principio, reunir el poder suficiente para establecer una relación sana con la comida es posible. ¡Adelante!