El bloqueo emocional es un obstáculo mental que nos creamos nosotros mismos cuando nos sentimos incapaces de hacer frente a situaciones percibidas como amenazantes. Se trata de una respuesta de miedo e inseguridad, un mecanismo de afrontamiento que confirma nuestras emociones negativas.
La pérdida de control derivada de este tipo de actitudes puede vivenciarse como una experiencia verdaderamente angustiosa. Para retomar el control de la propia vida es necesario realizar grandes cambios.
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La incapacidad de seguir adelante
Ser preso de un bloqueo emocional que se repite en el tiempo te imposibilita avanzar en diferentes áreas de tu vida abocándote a un abismo sin salida. Y es que el miedo tiene esa habilidad para paralizarnos, interponiéndose en el camino para alcanzar nuestros objetivos.
Así, es posible que te desenvuelvas perfectamente en tus relaciones personales pero encuentres dificultades para perseguir el trabajo de tus sueños. Podría también darse la situación inversa, es decir, que tengas una vida profesional exitosa y que, sin embargo, te enfrentes a problemas de intimidad. Es posible que, además, te cueste socializar con otras personas.
Sea cual sea tu caso, es necesario reconocer que estás estancado y que precisas realizar un cambio de rumbo para liberarte de ese estado de indecisión. Si no lo haces, no te permitirás evolucionar. No obstante, en muchas ocasiones, no es fácil reconocer un bloqueo emocional. La cuestión es que el autoengaño es la estrategia que el cerebro utiliza para esconder esta clase de impedimentos.
Cuando nos convencemos de que todo anda bien, nos negamos la posibilidad de hacer las cosas de una manera diferente y de alcanzar el éxito que, en el fondo, tanto anhelamos. Como bien decía Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
¿Cómo liberarse del bloqueo emocional?
En general, el bloqueo emocional es el fruto de un patrón de pensamientos negativos en bucle. En el momento en que incorporamos esta dañina manera de pensar a nuestro sistema de creencias, comenzamos a dar validez a unas afirmaciones que no se corresponden con la realidad.
Aunque tengamos conciencia de esta tendencia negativa, no es fácil acabar con sus efectos si no se realiza un esfuerzo consciente por acabar con ella. Deshacerse de los pensamientos asociados a un determinado estímulo puede requerir de mucha paciencia y la capacidad de analizar las situaciones de una manera racional.
El miedo es la mayor expresión de traba mental que, muchas veces, es solamente un concepto psicológico instalado en nuestra mente que desaparece cuando nos decidimos a plantarle cara. Retrasar afrontar las situaciones que nos asustan ocurre por un bloqueo emocional que solo es producto de nuestro cerebro saboteándonos. El mismo trata de protegernos de una amenaza que no es real.
Uno de tus grandes mantras a partir de ahora debería ser: “El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y allí no había nadie…”
Solo con autoconfianza y determinación podrás vencerle la partida a tu mente para ponerla a trabajar a tu servicio.
¡Confía en tu potencial!