Podemos definir la infertilidad tal como lo hace la Organización Mundial de la Salud: «imposibilidad de lograr un embarazo tras 12 meses de relaciones regulares sin empleo de protección». El impacto sobre los miembros de la pareja y sobre la propia relación puede llegar a ser importante.
Afrontar la infertilidad
Después de transcurrido un año o más intentando concebir, se debe aceptar el diagnóstico de infertilidad. Esto nos lleva a la necesidad de adaptarnos a la realidad. Deberemos recurrir a la reproducción asistida y, por tanto, redimensionar el enfoque del problema.
Es necesario limitar el contacto con el entorno, ya que las continuas preguntas de las personas cercanas representan una carga emocional adicional e innecesaria. Otra premisa relevantes es entender que en el proceso de lograr un embarazo los fracasos son una parte inevitable.
Consecuencias en las parejas
El desgaste físico y emocional sobre las parejas que presentan el problema de la infertilidad reclama soporte psicológico. Debemos comprender que cada etapa de este proceso tiene sus frustraciones y sus emociones negativas inherentes.
Aceptar que se es infértil es solo el principio. Los lapsos de espera en las clínicas de fertilidad pueden ser más largos de lo que suponíamos, lo que lleva a nuevas sensaciones de ira e impotencia. Los intentos repetidos para lograr el embarazo y la espera de resultados constituyen una gran carga de angustia y estrés. También son naturales las reacciones de desesperación ante cada fracaso
Psicología para parejas para reducir el impacto de la infertilidad
Las emociones que acompañan este largo proceso pueden poner en peligro la relación. Las cambiantes emociones son un elemento destructivo que afecta a ambos integrantes. El mero hecho de conocer el diagnóstico implica negación, ira y frustración.
En las primeras etapas es importante que les ayudemos a construir un equipo para manejar el hecho de que las emociones negativas forman parte del proceso. Debemos brindarles herramientas para que las afronten y se den mutuo apoyo, de forma que no produzcan una situación fuera de control ni una parálisis.
Resulta necesario también adquirir destrezas para comunicar a los allegados los avances que se han logrado o no, sin que ello se convierta en un pesar adicional. Las técnicas de relajación y los recursos para el manejo de la incertidumbre y la ansiedad serán muy útiles. Con ellas lograremos que los nuevos tratamientos, las opciones como la adopción o los donantes y las etapas de espera de resultados no desequilibren emocionalmente a ninguno de los integrantes de la pareja.
Si finalmente no se logra la concepción y un embarazo viable, deberemos proporcionar soporte psicológico a la pareja durante las etapas del duelo.
La infertilidad puede ejercer un poderoso impacto sobre la pareja. El trabajo en equipo, la aceptación de la realidad y el adecuado manejo de las emociones posibilitarán afrontarla.