Las drogas depresoras reciben este nombre porque son las que enlentecen la actividad del sistema nervioso central. Esto significa que dichas sustancias químicas, como el alcohol o la cocaína, producen síntomas como la ralentización de algunas capacidades fisiológicas como el proceso respiratorio o la frecuencia cardíaca.
Igualmente, nublan la conciencia y provocan una relajación muscular profunda de forma similar al efecto de algunos fármacos.
Para descubrir todos los detalles al respecto, ¡presta mucha atención!
Principales sustancias depresoras
Algunas sustancias depresoras son de consumo legal mientras que muchas otras no lo son. Aquí te presentamos algunas de ellas y sus efectos nocivos para el organismo:
- Alcohol. Se trata de la droga depresora por excelencia. No solo su consumo está permitido sino que se trata de una sustancia socialmente aceptada. Aunque en pequeñas dosis produce bienestar y desinhibición, cuando se llega a la sobredosis, la conciencia resulta alterada. Además, en altas cantidades, el alcohol puede provocar amnesia temporal y dificultades respiratorias.
- Benzodiacepinas. En este caso, nos referimos a unos fármacos específicos para el tratamiento de la ansiedad y la depresión nerviosa. Estas sustancias tranquilizantes, como el Diazepam, tienen un efecto sedante que puede crear adicción ya que inducen a un estado de relajación muy intenso. Por eso, es necesario realizar un consumo responsable. Y es que algunos de sus efectos secundarios incluyen: cefaleas, diarrea, mareos o temblores.
- Heroína. Esta es una de las drogas depresoras con mayor índice de adicción cuyo consumo admite diferentes formas, como la inhalación o la inyección. Algunos de los principales efectos de este tipo de opiáceo son: sueño excesivo, sequedad bucal, náuseas, pesadez en las extremidades, incapacidad de pensar con claridad, e incluso picores en la piel.
- Codeína. Esta sustancia es un derivado de la morfina, al igual que la heroína. No obstante, su efecto es bastante más potente que el de la morfina. Es altamente adictiva, incluso más que la propia heroína. Pese a ello, en pequeñas dosis, puede servir para aliviar la tos y, sobre todo, el dolor.
Consideraciones a tener en cuenta
Las drogas depresoras pueden tener unos efectos muy perjudiciales para la salud. Aunque suelen producir bienestar y euforia en las primeras fases, especialmente las sustancias estupefacientes de consumo ilegal son realmente peligrosas.
En efecto, las mismas son altamente adictivas. Esto significa que si realizas un consumo frecuente de ellas, su ausencia en tu organismo provocará el conocido síndrome de abstinencia que tanto malestar provoca.
Por otro lado, algunas de estas drogas depresoras, como las benzodiacepinas, tienen una peligrosidad aun mayor combinadas con la toma de alcohol. Ciertamente, un consumo abusivo de dichas sustancias podría conducirte a una parada cardiorrespiratoria, y por ende, a la propia muerte.
¿Sabías qué…?
- Los depresores del sistema de nervioso recetados por el médico pueden ayudarte a calmar tu nerviosismo y mejorar tus problemas de insomnio o espalda.
No obstante, una dosis elevada de estos fármacos podría causar descoordinación, hipotensión así como un estado de confusión. Además, es común tener problemas para hablar o concentrarse en una tarea determinada.