El abuso emocional es una forma de violencia que, en muchas ocasiones, resulta difícil de reconocer. Aun así, es lo suficientemente importante como para que, en caso de detectarlo, intentemos ponerle solución.

¿Qué es el abuso emocional?

Podríamos definirlo también como una agresión, y suele darse en las parejas. Es un modo de maltrato psicológico que disminuye la autoestima de quien lo recibe. Además, causará el desarrollo de emociones como la soledad, la desolación o la inseguridad.

Lo más habitual en el abusador es que intente tener control sobre su víctima. Esto lo logrará anulándola a través de comportamientos, gestos, palabras e incluso silencios. La humillará, se burlará de ella, la criticará de manera constante e incluso llegará a maltratarla, tanto verbal como físicamente.

Una vez que consigue su objetivo de anularla, tendrá mucho poder sobre ella. Sabrá qué es lo que le hace daño y no dudará en ningún momento en llevarlo a cabo. De esta manera, podrá conseguir cualquier cosa que desee de esta persona.

Consecuencias del abuso emocional

Aunque detectar estos abusos es una tarea harto complicada, las consecuencias que tienen son graves. La ventaja es que, conociéndolas, podremos intentar ayudar a quienes las sufren. Incluso podremos detectar si somos nosotros mismos los que estamos en esta situación.

¿Cuáles son?

– Una actitud pasiva y obediente.

– Sensación de culpa y miedo.

– Sensación de vergüenza.

– Intranquilidad y ansiedad en cualquier momento, aun sin existir razones para ello.

– Aislamiento del círculo familiar y de los amigos.

– Estado de ánimo y autoestima muy bajos en todo momento.

A pesar de sentirse así, lo habitual es que las víctimas no sepan que lo son hasta que las consecuencias de este abuso sean muy profundas.

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Signos a detectar para prevenirlo

Existen una serie de señales que podemos utilizar como guía para saber si nuestra pareja nos está sometiendo a un abuso emocional. La más llamativa de todas es el control que ejercerá sobre nosotros. Ya sea sobre nuestras redes sociales, nuestros mensajes, los gastos que realizamos o nuestros horarios. Probablemente también nos indique que le molesta el tiempo que pasamos con nuestros amigos o el tipo de ropa que debemos llevar en cualquier ocasión.

Es habitual también que nos infravalore, nos mire y trate con desprecio y no tenga en cuenta nuestra opinión en ningún momento. Ni siquiera en decisiones que deberían tomarse de manera conjunta. También podremos sentirnos cohibidos para ser nosotros mismos, incluso aunque no esté presente. Asimismo, tendemos a pensar que nuestros problemas no son relevantes.

Lo que debemos tener claro al detectar estos signos es que el problema no lo tiene quien se siente así. El problema es de la pareja o la persona que realiza el abuso emocional. Además, con ayuda siempre resulta más fácil salir de ahí; por eso es tan importante buscarla.