La terapia de aceptación y compromiso da nombre a un modelo terapéutico concreto que se engloba entre las conocidas terapias de tercera generación. Las mismas, conocidas así por su “reciente creación”, se hallan enfocadas en la aceptación de los pensamientos y una actitud positiva, libre de juicios.

A diferencia de las terapias de primera y segunda generación de los años 60 y 70, estas nuevas terapias tienen un carácter mucho más funcional.

¡Descúbrelas!

 

Terapias de tercera generación

Esta clase de terapias tienen su origen en Estados Unidos a finales del siglo pasado, en los años 90. Su diferencia con el tipo de modelos anteriores es que no están especialmente focalizadas en la reducción de los síntomas negativos. La clave para comprender los pensamientos y acciones reside en la atención plena.

Específicamente, la terapia de aceptación y compromiso, como su propio nombre indica, consiste en aceptar los propios sentimientos y emociones actuales. Por tanto, se trata de llevar a cabo una experiencia intensa del momento presente para vivenciar de forma consciente aquello que no está funcionando.

Una vez que el paciente desarrolla esta capacidad de comulgar consigo mismo, entonces la segunda parte de la intervención psicológica se relaciona con el compromiso. Como cabe esperar, este término hace referencia al hecho de establecer estrategias específicas que ayuden a aliviar el malestar psicológico.

Además, el compromiso implica un incremento de la flexibilidad psicológica, esto es, la habilidad para conectar con los acontecimientos del presente y modificar conductas indeseadas.

 

Fundamentos básicos

Uno de los principios fundamentales de la terapia de aceptación y compromiso es la denominada “evitación experiencial”. Este fenómeno explica que muchos individuos rechazan conectar con las emociones vividas en determinados momentos a fin de protegerse frente al dolor emocional. Como resultado, la represión psicológica derivada puede hacer mella en la vida de estas personas.

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De esta manera, dicho modelo terapéutico implica una toma de contacto con nuestra parte más pura de reaccionar ante distintos estímulos. Y es que solo comprendiendo los propios patrones de pensamiento y acción, es posible realizar cambios coherentes de acuerdo a los valores de cada uno. Aun así, la importancia de la terapia de aceptación y compromiso no reside en modificar los pensamientos sino en alterar la función que estos cumplen.

Esta es, indudablemente, la forma más sana de registrar la realidad, de procesar los acontecimientos vividos. Asimismo, se trata de la mejor manera de relacionarnos con el entorno así como con nuestra propia esencia.

 

Objetivos

El principal objetivo de la terapia de aceptación y compromiso es eliminar la rigidez psicológica del sujeto. Así, el paciente puede deshacerse de los efectos negativos del trastorno de evitación experiencial para abrazar la vida tal como es, con su belleza y sus múltiples obstáculos.

Gracias a estas sesiones terapéuticas, el afectado puede descubrir cuáles son sus valores y su compromiso con ellos y desactivar las creencias asociadas a los mismos. Ahora tendrá la capacidad de configurar un nuevo sistema de valores más saludables y establecer compromisos relacionados.

Recuerda: ¡evitar los problemas nunca es la solución!