En ocasiones, podemos encontrarnos con pensamientos obsesivos que nos bloquean y nos complican el día a día. Se cuelan en nuestra mente pretendiendo hacerse sus dueños y no nos dejan pensar en nada más. Aunque pueden producirnos angustia y agobio, si sabemos cómo identificarlos nos será más fácil deshacernos de ellos.

¿Cómo identificar los pensamientos obsesivos?

Este tipo de pensamientos suponen ideas que se repiten una y otra vez en nuestra mente de forma involuntaria. También pueden hacer referencia a imágenes mentales. Lo que tienen en común es que suelen estar distorsionadas y relacionadas con agobios y miedos futuros. Es decir, no nos dejan enfocarnos en el presente.

La sensación que tenemos es como si nos quedásemos atrapados en un tornado formado por ideas o imágenes obsesivas. Estas no nos dejan pensar en otra cosa y nos arrastran con gran fuerza. Lo habitual es que estén causadas por estrés o ansiedad, lo que puede incidir en nuestro comportamiento.

La fuerza de estos pensamientos es muy intensa. De esta manera, cada vez que intentamos escapar de ellos, vuelven a atraernos.

Consecuencias en la vida diaria

Las consecuencias de estos pensamientos son variadas, pero podemos destacar algunas de las más importantes.

1. Procrastinación: dejaremos diferentes tareas para más adelante por el miedo a que sucedan cosas que no nos gustan mientras las realizamos.

2. Tendencia a la perfección: es habitual que pensemos que nada de lo que hacemos es todavía lo suficientemente bueno. Así, dedicaremos mucho más tiempo al trabajo, por ejemplo, quitándoselo a cosas que nos importan mucho más.

3. Gran cantidad de comprobaciones: si, por ejemplo, el pensamiento que aparece de forma recurrente es que hemos dejado el gas encendido, lo verificaremos una y otra vez antes de salir de casa.

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Eliminar los pensamientos obsesivos

Si sufrimos este tipo de trastorno, debemos saber que existen estrategias para eliminarlos. Para conseguirlo, solo debemos poner en práctica estos trucos:

1. Ser conscientes: hemos de tomar consciencia de la aparición de estas ideas obsesivas y aceptarlas como tales. No tenemos que intentar que no aparezcan, sino saber cuándo llegan y aceptarlo.

2. Aplazarlos: si decidimos aplazar esos pensamientos para más adelante, cuando lleguen de nuevo habrán perdido fuerza y será más fácil afrontarlos.

3. Programarlos: no debemos dejar que tomen el control. Hemos de permitirnos una parte del día para enfocarnos en ellos y ser nosotros quienes decidamos cuándo llegarán. Tenemos que hacernos los dueños de la situación.

4. Poner límites: si llegan en un momento que no es el establecido, debemos hacer una parada de pensamiento. A veces, con decir en alto las palabras «no» o «basta» será suficiente.

Una vez hemos aprendido cómo detectar y eliminar estos pensamientos obsesivos, el proceso se volverá cada vez más sencillo. Vivir libres de ataduras mentales está en nuestra mano.