La conducta disruptiva en el aula hace referencia a esas actitudes o comportamientos inadecuados por parte de algunos alumnos que desequilibran la dinámica de la clase.

Generalmente, es interesante entender cuál es la raíz de dichas actuaciones para poder abordar el problema de manera profesional y exitosa. Por eso, hoy venimos a contarte algunas de las claves relacionadas. 

Si eres maestro, seguro que te vendrá genial conocer esta información de primera mano.

 

Pero ¿ qué entendemos por conducta disruptiva?

Los casos frecuentes de conducta disruptiva se refieren a esas formas de actuar de los estudiantes que entorpecen el orden normal de la clase y amenazan el bienestar del resto de alumnos.

Algunas situaciones clásicas de actitudes de este tipo implican el uso de todo tipo de provocaciones tanto al docente como a los compañeros por medio de la repetición de sonidos o insultos. 

Igualmente, los niños que presentan frecuentemente conducta disruptiva suelen manifestar tendencias agresivas al participar activamente en peleas, e incluso iniciándolas. Asimismo, suelen generar un clima de crispación al romper con las normas establecidas sin ningún tipo de miramiento, empatía o respeto por nadie.

Abordar dicho problema no es fácil para el docente encargado. Por eso, es vital valerse de los recursos necesarios para desarmar a estos alumnos conflictivos. Enseguida descubrirás cuáles son esas herramientas, pero antes descubramos las posibles raíces de este trastorno conductual.

Origen de la conducta disruptiva

En muchas ocasiones, el origen del problema se debe a un conjunto de variables que guardan relación con el entorno familiar, la propia personalidad conflictiva del menor o su situación personal. Otro tipo de factores como la falta de habilidades sociales que pueden afectar a la comunicación e incluso al propio proceso de aprendizaje podrían hacer mella.

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A consecuencia de la combinación de estos elementos, algunos niños recurren a la conducta disruptiva para llamar la atención. Otras veces, simplemente se trata de una llamada de socorro. Debes entender que estos niños en el fondo sufren profundamente y, a menudo, se sienten incomprendidos y abandonados física y emocionalmente.

 

Técnicas a aplicar en el aula

Diferentes estrategias han probado ser exitosas para disminuir los efectos negativos de la conducta disruptiva. ¡Presta atención a las siguientes!

  • Establecer un ambiente distendido y de confianza dentro del aula. El alumno debe sentirse relajado para tener una actitud más receptiva a colaborar con el proceso de aprendizaje. Para ello, es muy útil ayudarles a trabajar para reducir sus conductas ansiosas mediante ejercicios de respiración y de control de los impulsos.
  • Es necesario promover la empatía, validando emocionalmente al niño cuando su comportamiento es el esperado. Hay que hacerle entender las consecuencias de sus acciones de una forma calmada y entendible.
  • Fomentar las relaciones sociales con el resto de niños puede ser enriquecedor una vez que el menor entiende qué tipo de comportamiento ha de tener y esté dispuesto a suavizar algunas de sus tendencias temperamentales.
  • En general, es importante incluir al alumno en todos los procesos de aprendizaje para que se sienta integrado y pueda deshacerse de la conducta disruptiva.